El director del periódico insistió:
—Fernando, llévate a un aprendiz que te haga las veces de fotógrafo y vete a Sevilla los días 16 y 17 de diciembre.
Enseguida supe la razón. Los homenajes se habían repetido durante aquel
año por toda la geografía cultural española, aunque habían comenzado
año y medio atrás, en abril de 1926, cuando Gerardo Diego, Rafael
Alberti, Pedro Salinas y Melchor Fernández Almagro deciden homenajear
al poeta cordobés Luis de Góngora con el pretexto de cumplirse el
tercer centenario de su muerte.
Ya en enero de 1927, Jorge Guillén,
Gerardo Diego, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Dámaso Alonso y
Rafael Alberti redactan una circular invitando a estudiosos,
escritores, artistas plásticos y músicos a sumarse al homenaje,
estudiando la obra y la personalidad del escritor. Se suceden,
entonces, los estudios y ediciones, como la de Dámaso
Alonso, junto con una serie de actos de provocación vanguardística, que
registró Gerardo Diego en su revista Lola, "amiga y suplemento de Carmen", y recordó Rafael Alberti en su magistral Arboleda perdida.
Las revistas "serias" y también otras recién creadas se hicieron eco del homenaje: Revista de Filología Española, Boletín de la Academia de Córdoba, La Gaceta Literaria,
recién aparecida en 1927. Pero sobre todo fueron las revistas propias
las que encabezaron la difusión de los estudios sobre el culteranista: Verso y Prosa y Litoral.
Así que allí estábamos mi ayudante y yo. En el Ateneo sevillano,
inmortalizando una fundación generacional: de izquierda a derecha,
Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabas, Mauricio Bacarisse,
José María Platero (presidente de la sección de literatura del Ateneo),
Manuel Blasco Garzón (presidente del Ateneo de Sevilla), Jorge Guillén,
José Bergamín, Dámaso Alonso y Gerardo Diego.
Ya no cabía duda. Esta generación debía ser
conocida como la de 1927. En este año y en el siguiente todos los autores
importantes han aparecido ya con libros y porque, precisamente en estos
años, aparecen obras capitales del momento generacional, encabezadas
por Cernuda, Perfil del aire; Alberti, El alba del alhelí; Lorca, Canciones y Romancero gitano; Prados, Vuelta; Aleixandre, Ámbito y Guillén, Cántico.
Y además en el año 27 se celebra el tricentenario de la muerte de
Góngora, poeta que fue enarbolado en esa fecha como emblema y símbolo
estéticos por la nueva generación que, defendiéndolo y homenajeándolo,
acabó atacando a la literatura y a la erudición ya consagradas en ese
momento. El centenario equivale a un manifiesto.