2.1. Antecedente y génesis
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"Llegóse, pues, la hora del cenar, recogióse a su estancia don Quijote, trujo el huésped la olla, así como estaba, y sentóse a cenar muy de propósito. Parece ser que en otro aposento que junto al de don Quijote estaba, que no le dividía más que un sutil tabique, oyó decir don Quijote:—Por vida de vuestra merced, señor don Jerónimo, que en tanto que trae la cena leamos otro capítulo de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha.
Apenas oyó su nombre don Quijote, cuando se puso en pie, y con oído alerto escuchó lo que dél trataban, y oyó que el tal don Jerónimo referido respondió:
—¿Para qué quiere vuestra merced, señor don Juan, que leamos estos disparates? Y el que hubiere leído la primera parte de la historia de don Quijote de la Mancha no es posible que pueda tener gusto en leer esta segunda.
—Con todo eso —dijo el don Juan—, será bien leerla, pues no hay libro tan malo que no tenga alguna cosa buena. Lo que a mí en éste más desplace es que pinta a don Quijote ya desenamorado de Dulcinea del Toboso.
Oyendo lo cual don Quijote, lleno de ira y de despecho, alzó la voz y dijo:
—Quienquiera que dijere que don Quijote de la Mancha ha olvidado, ni puede olvidar, a Dulcinea del Toboso, yo le haré entender con armas iguales que va muy lejos de la verdad; porque la sin par Dulcinea del Toboso ni puede ser olvidada, ni en don Quijote puede caber olvido: su blasón es la firmeza, y su profesión, el guardarla con suavidad y sin hacerse fuerza alguna."
- La moda de los falsos cronicones, historias falsificadas, en las que se fingía que se traducía de un autor arábigo, con el fin de exaltar a una familia o grupo y, en general, a la nación española. Así lo hace, por ejemplo, Miguel de Luna, con su Historia verdadera del rey don Rodrigo, compuesta por Albucacim Tarif (Granada, 1592) y Cervantes, que escribe lo que un moro le ha traducido de un historiador arábigo llamado Cide Hamete Benengeli.
- La locura. El Quijote es un análisis de un personaje que se vuelve loco. Loco a causa de la lectura de los libros de caballerías. Este es un tema de moda en la Europa renacentista: por un lado, Erasmo había escrito un Elogio de la locura en la que ironizaba sobre el estado mental del hombre, y el doctor Huarte de San Juan aporta su interesante Examen de ingenios, que proporcionó a Cervantes unas cuantas ideas sobre los "humores", como se decía entonces. En tercer lugar, el tema de Orlando furioso, o loco, había culminado en un maravilloso poema épico de Ariosto que Cervantes conocía muy bien.
- La Mancha. Una tierra bien conocida por el autor debido a su continuo paso por las provincias de Toledo y Ciudad Real, camino de Sevilla, en una ruta que, por su cargo de proveedor del ejército, recorrió muchas veces en los años en que escribe la obra.
- Efectivamente, son los libros de caballerías los que marcan de forma general e indirecta, en ocasiones, el primer influjo de la obra. Su estructura misma es la propia de un libro de viaje, de aventuras donde se forma el carácter del caballero, pero en términos verosímiles, parodia de las fuentes originales.
- Cuando de verdad se sitúa el Quijote en su punto de partida, es al observar el llamado Entremés de los romances. Las relaciones entre este entremés anónimo, atribuido sin fundamento alguna vez a Cervantes, y representado al filo del seiscientos, y el Quijote, son evidentes en los primeros capítulos. El Entremés de los romances cuenta cómo Bartolo, labrador, por leer muchos romances se vuelve loco y se va de su casa a buscar aventuras y guerras, volviendo golpeado. ¿Te suena de algo?
Cide Amete Berengeli.
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Cide
Hamete Benengeli.
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Albucacim Tarif.
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Erasmo.
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Huarte de San Juan.
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Ariosto.
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- Aunque puede resultar un poco difícil, te aconsejo este artículo, interesantísimo para ahondar en las razones que llevaron a Cervantes a escribir su obra.
- Desde una perspectiva más amplia, pues parte de la misma teoría de la novela del autor, este otro escrito te servirá de refuerzo a lo estudiado en el tema.