Suele decir el saber popular que las desgracias nunca vienen solas o como dicen, más poéticamente, en Italia, una cereza llama a otra cereza.

 

Este refrán puede también aplicarse en nuestro caso al mundo de las ecuaciones. Cuando tenemos ecuaciones con más de una incógnita, lo usual es que vengan varias juntas, como veremos en lo que queda del tema y en el siguiente.

 

 

Si tomo un taxi para ir a visitar a mi madre que vive a unos cuatro kilómetros de mi casa y me cobra el taxi 4,60. Después de estar un rato con ella tomo otro taxi para ir a solucionar un encargo a un polígono industrial que está en el otro extremo de mi ciudad y el taxi me cobra por recorrer unos 10 kilómetros 9,70 €, en este caso me encuentro con dos ecuaciones y con dos incógnitas, ya que el coste del viaje se compone de un precio fijo que corresponde a la bajada de bandera y después una cuota por cada kilómetro recorrido. Veremos más adelante en que se convierte este sistema.