3. La renovación teatral
Pero debo reconocer, ahora con la distancia que da el paso del tiempo, entre los estantes de esta biblioteca donde paso mis días, que fue fantástico. Aquella tarde noche, subiendo la calle Atocha, Antón Martín, parada en el Café Central y plaza de Santa Ana. Y allí estábamos los dos, asistiendo a algo trascendente: el nacimiento de una nueva tendencia dramática en las palabras declamadas por los actores y actrices de Historia de una escalera.
La obra describía la fatalidad que perseguía a los vecinos de una casa modesta, quienes no podían, de ninguna manera, mejorar su condición social de pobres: tres generaciones están condenadas a vivir a la sombra de la escalera de una casa de vecindad. Este hecho supone el fracaso continuo de los personajes de la obra, por un lado, como componentes de una sociedad deprimida que no tiene esperanzas de mejora, y por otro, como seres individuales que se autocondenan ante la imposibilidad de ver realizados sus sueños y ambiciones. Solo cabe la esperanza puesta en los jóvenes Fernando y Carmina quienes, a través de su amor prohibido por los padres, buscan una salida a su destino. Buero ya no ofrecía evasión y entretenimiento, sino un testimonio en el que el público manifieste su compromiso.
Y fue todo un éxito.
Actividad
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Imagen 6. Autor: jmerelo. Licencia Creative Commons |
Historia de una escalera fue, para muchos críticos teatrales, el acontecimiento teatral más importante de la segunda mitad del siglo XX. Con él se va a dar a conocer su autor, Antonio Buero Vallejo, que persigue en todo momento identificar al espectador con los protagonistas a fin de hacerle reflexionar y tomar partido. El camino de la renovación queda abierto, y las tendencias teatrales se diversifican:
- A partir de él surge un grupo de autores, denominados "dramaturgos de la generación realista", situados cronológicamente a finales de los 50. Entre ellos va a destacar Alfonso Sastre, cuyo primer teatro va a estar en la línea trágica y existencial de Buero, si bien luego derivará hacia una corriente más social, como en el caso de Lauro Olmo, José Martín Recuerda, José María Rodríguez Méndez y Carlos Muñiz.
- Un caso peculiar de renovación es el de Mihura y los dramaturgos de "La Codorniz", como Antonio de Lara "Tono" y Jorge Llopis, con un humor con conexiones con el teatro europeo del absurdo, aunque sea exagerado afirmar que Ionesco, Beckett o Adamov tengan como precedente a Mihura.
- En los 60 y 70 se da a conocer al gran público el teatro conocido como "experimental y subterráneo", denominado así por encontrarse fuera de los círculos comerciales de representación. Nombres como Fernando Arrabal, Francisco Nieva, José Ruibal, Luis Matilla o Manuel Martínez Mediero destacaron en este teatro.
- Fuera de España, en el exilio, Alejandro Casona sigue marcando una tendencia sentimentaloide con escasa repercusión en los movimientos escénicos renovadores, aunque no cabe negar que sus obras cuidan la expresión al máximo.
- Por último, no hay que olvidar una tendencia continuista del teatro comercial, que introduce pequeñas innovaciones. Destacan autores como Alfonso Paso, Juan José Alonso Millás, Jaime Salom o Antonio Gala.
Actividad de Espacios en Blanco
Vamos a memorizar algunos nombres de los dramaturgos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Completa el crucigrama con la parte del nombre del autor que falta.
Horizontales:
1. José Martín ...
2. Alfonso ...
3. Manuel Martínez ...
4. Juan José Alonso ...
5. ... Gala.
Verticales:
1. José María ... Méndez.
2. ... Nieva.
3. Lauro ...
4. Fernando ...
5. ... Ruibal.
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Objetivos
La dramaturgia española comienza su despertar en la segunda mitad del siglo XX. Para contextualizar su lugar en la literatura de este medio siglo, conviene tener una visión general de la misma.