1.1. Los movimientos de vanguardia
De París, o a través de París, nos llegaba todo. Para el viajero que pisaba sus calles era
una ciudad cosmopolita y por eso no se sentía extraño, podía opinar,
proponer. Por ello, aunque nos lleguen de París, no son franceses casi
ninguno de los protagonistas que inician los ismos, nombre con el que,
posteriormente, se conocerán estos movimientos de vanguardia, debido a
que todos terminan de esta forma.
Son movimientos experimentales que coexisten y tienen su decadencia a
finales de los años veinte, para evolucionar y desaparecer en los años
treinta: Futurismo, Dadaísmo, Creacionismo y la representación española
aglutinada bajo la denominación de Ultraísmo.
El futurismo fue uno de los primeros movimientos de vanguardia, nacido en 1909 en Milán. Su creador, Marinetti, basa su propuesta en el amor al peligro. Su lírica nace del
valor, la audacia y la revolución. La belleza cambia, ahora la belleza
estará en la velocidad. El canto al automóvil y al avión sustituye a la
mujer como musa. Su definición de la guerra
como higiene del mundo y su nacionalismo acendrado les hace ser
precursores del nazismo y, en Italia, del fascismo.
En Alemania surge, en 1910, el expresionismo. Su mayor difusor, Ivan Goll, lo define como la expresión de una realidad espiritual. Se realza la fealdad, lo demoníaco, se reconoce el poder de las
tinieblas y un gusto sado-masoquista por lo catastrófico. Destaca el
caos como medio donde se desenvuelve su héroe. Un héroe que tiende a la
divinización, a ser un superhombre negativo y destructor.
El dadaísmo es creado por Tristan Tzara, en 1916, basado en el nihilismo y la destrucción, porque la construcción lleva a una
perfección que les aburre; por lo tanto, hay que destruir. Todo queda
reducido al absurdo.
Más próximo a nuestro entorno está el creacionismo, creado con polémica por Vicente Huidobro, poeta chileno que viene
a Europa, aunque ya en París Pierre Reverdy pide su autoría en el
movimiento. La propuesta de Huidobro es la del hombre creador, que construya su
mundo como lo hace la Naturaleza. Defiende el irracionalismo y la
subjetividad. De la percepción que el poeta tiene de la realidad vivida
le saldrá un mundo diferente e independiente del que vive, un mundo
creado para la poesía mediante la metáfora.
Pero el movimiento con mayor repercusión será el surrealismo. Nacido de las cenizas de Dadá, su creador es André
Bretón, que, en 1924, presenta su primer Manifiesto surrealista, que es
una propuesta ético-estética donde se dan pautas sociales y
procedimientos poéticos.
Actividad
|
Imagen 3. Autor: Theo van Doesburg. Dominio público |
Nada en la literatura volvió a ser igual tras el surrealismo. Sus características marcaron las pautas literarias del siglo XX:
- La inspiración, es decir, el inconsciente se sitúa sobre la técnica y la depuración, por ello, el creador es un mero transcriptor del inconsciente, dando paso a la escritura automática.
- Los elementos cotidianos quedan descontextualizados al no intervenir la parte consciente.
- El mundo de los sueños y el influjo de Freud sobre los surrealistas queda patente en las obras de estos autores.
- Al contrario que muchos movimientos vanguardistas, los surrealistas tienen conciencia social y creen en la literatura como motor de cambio.
Actividad de Espacios en Blanco
Completa el crucigrama con los principales movimientos de vanguardia.
Horizontales:
1. Movimiento creado por Marinetti.
2. Su máximo representante fue Tristan Tzara.
3. Se interesa por el mundo del inconsciente.
4. "Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol".
Verticales:
1. Movimiento de origen español.
2. De origen pictórico, busca la reconstrucción de la realidad.
2 |
|||||||||||||||
1 |
|||||||||||||||
1 |
|||||||||||||||
2 |
|||||||||||||||
3 |
|||||||||||||||
4 |
|||||||||||||||
Objetivos
Los caligramas son una manifestación muy peculiar de las artes de vanguardia. Es aquí donde se ve la estrecha relación entre pintura y literatura.