2.3. La poesía épica
Hasta el siglo I a. C. no apareció un poema épico en latín que no desmereciera de los poemas épicos de Homero: la Eneida, de Virgilio. María lee algunos pasajes de esta obra en la "web"; este que aparece a continuación es uno de ellos.
Eneas y Dido. Imagen en Wikimedia Commons de Stefano Bolognini bajo CC |
"Pero la reina -¿quién podría engañar a quien ama?-, adivina
la añagaza.
Es ella la primera en percibir lo que iba a suceder,
ella que recelaba de todo cuando estaba a seguro.
La Fama,
sin entrañas, da cuenta a su delirio de la nueva:
que ya están aprestando la flota y disponen la marcha.
Sin valor para oponérsele,
se enfurece y se lanza ardiendo de delirio por la ciudad
entera
lo mismo que una Ménade tremante al desfilar los emblemas
sagrados
cuando el grito de Baco enardece la orgía trienal y el
Citerón la llama
con su clamor nocturno. Al cabo se decide a apremiar así a
Eneas:
"¡Traidor, con que esperabas poder disimular tan gran maldad
y sin decir palabra marcharte de mi tierra! Pero ¿no te
detiene nuestro amor
ni la diestra que un día te di en prenda,
ni la muerte cruel que espera a Dido!
Además en invierno te tomas el trabajo de preparar la flota
y te apresuras a atravesar el mar entre Aquilones,
¡despiadado!
¿Qué? Si no fueras buscando en tierra ajena
una patria que no has visto y si la antigua Troya
se mantuviera todavía en pie, dime ¿dirigirías tus naves
allí
con mar tan borrascoso? ¿Huyes de mí? Por estas lágrimas,
por la mano que uniste con la mía, te lo pido,
pues no me queda ya, pobre de mí, nada más que invocar,
por nuestro enlace, por nuestra boda comenzada,
si he merecido alguna gratitud de ti,
o te ha sido dulce alguna cosa mía, ten piedad de una casa
que se arrumba
y si existe todavía un resquicio para el ruego, te lo pido,
echa de ti esa idea.
[...] ¿En qué manos me dejas en trance ya de muerte, huésped
mío,
sólo este nombre ya me queda de mi esposo? ¿A qué aguardo?
[...] Si antes que me abandones a lo menos me hubiera nacido
un hijo tuyo,
si viera en mis salones retozar un Eneas pequeñuelo, que a
pesar de todo
reflejase en su rostro los rasgos de tu rostro,
no, no me sentiría burlada, abandonada por entero"
Le habla así. Él siguiendo el consejo de Júpiter mantiene
inmóviles los ojos
y acalla a duras penas a su dolor en lo hondo de su pecho."
(Eneida IV. 296-331)
Busca información aquí acerca de esta obra y cita el significado de "Ménade", "Baco", "Citerón", "Aquilones", "Júpiter".
¿Con qué argumentos intenta la reina, Dido, retener a Eneas?
Se considera a Enio (239-169 a.C) como el padre de la épica latina. Escribió los Anales, una epopeya histórica en la que narra la historia de Roma, desde sus orígenes hasta la actualidad del poeta, fundiendo en la misma elementos y sentimientos épicos e históricos.
Virgilio (70-19 a. C) En su gran poema
épico la Eneida ofreció una visión poética del pasado,
presente y futuro de Roma. Su tema es la huída de Troya y las aventuras de
Eneas hasta que llega al Lacio, donde, por orden de los dioses, debe fundar una
nueva Troya -Roma- tras vencer en batalla a los distintos pueblos que se le
oponen. El auténtico héroe es el pueblo romano, identificado con su soberano,
Augusto, que en la obra es sustituido por un presunto antepasado suyo de origen
divino, el troyano Eneas, hijo de la diosa Venus y del mortal Anquises; así, la
obra es la historia de Roma sublimada y transfigurada en leyenda. En la obra
desaparece el carácter fabuloso que tenían los héroes de la epopeya griega. A
Virgilio le interesa resaltar a un héroe como Eneas, que encarne el ideal
romano: abnegado ante el deber y respetuoso a los antepasados y a los dioses;
además de, conforme al género épico, tener una capacidad guerrera y la
sabiduría necesaria para lograr sus objetivos. Todo el poema está
elaboradísimo, tanto en lo que se refiere a la composición o estructura del
libro como en la sensibilidad y equilibrio con que están utilizados los
recursos estilísticos.
Virgilio escribió otras obras: las Bucólicas que son diez églogas que
cantan la vida sencilla de unos personajes idealizados, sabios, casi filósofos,
que habitan en un paisaje idealizado también , la Arcadia. Los temas esenciales
son el amor a la naturaleza, el gusto por la música, el culto a la belleza y el
sentimiento amoroso; y las Geórgicas,
obra en la que el poeta canta la vida del campo y anima a la realización de
diferentes labores.
Verdadero Falso
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