3.3. Narrativa medieval en prosa

 

Imagen 18. Autor: Escarlati.
Dominio público
Estudiar la obra de los grandes maestros que nos han precedido es la esencia para conocer la historia de nuestro tiempo. Y esta verdad ya la conocían los hombres del medievo. Por eso comenzaron a atesorar libros en pequeñas salas de las iglesias, con estantes encajados en sus muros. Eran las bibliotecas, guardadas por un bibliotecario que dormía cerca de ella, para estar siempre a disposición de aquellos que se acercaban a leer.

Luego, a partir del siglo XIII, las bibliotecas fueron haciéndose importantes: las salas estaban bien ventiladas, protegidas del mal tiempo, amuebladas con armarios de madera para proteger los volúmenes de la humedad. En su interior había uno o dos pupitres en los que se encontraban, encadenados a una barra de hierro, los libros más consultados.
Nadie podía sacar de allí un libro. Pues aquel era su lugar.

 

En este pasaje de la versión cinematográfica del famoso libro de Umberto Eco, El nombre de la rosa, puedes observar cómo eran las salas donde los monjes copiaban los libros y la biblioteca de los conventos. Escucha, además, el diálogo sobre libros que mantienen los personajes:


Te cuento todo esto porque, como consecuencia de la labor desarrollada en uno de estos lugares, en una de las Escuelas de Alfonso X el Sabio, surge la prosa literaria en castellano.
Anterior a esto, podemos encontrar traducciones de cuentos y enxiemplos con valor didáctico y moral que van a tener su continuidad a finales del siglo XIII:
  • Colecciones de cuentos. En los últimos años del siglo XIII se escribe la obra que ha sido conocida con el nombre de Castigos e documentos para bien vivir, que el rey don Sancho IV de Castilla dio a su hijo, siguiendo el tópico del speculum príncipis (tratado de advertencias a un rey sobre cómo gobernar). Entre los siglos XIII y XIV se escribe el Libro de la vida de Barlaam y del rey Josafat de la India. Es una obra que contiene diversos cuentos de origen oriental engarzados en un argumento que constituye una versión cristiana de la leyenda de Buda.
  • Obras sapienciales. El Libro del consejo y de los consejeros, que se atribuye a un tal Maestre Pedro, los Dichos de los santos padres de Pedro López de Baeza, la Historia de la doncella Teodor...
  • Obras didácticas y doctrinales. Impunaçión de la seta de Mahomah de San Pedro Pascual, obispo de Jaén, el Libro de la justiçia de la vida espiritual, el manual para confesores de Martín Pérez, el Vergel de la consolaçión...
  • Relacionados con este grupo de prosa didáctica, aunque no son doctrinales, se encuentran los tratados de cetrería y de caza en general, que, desde la época de Alfonso X, tuvieron gran aceptación (Libro de la montería, Tratado de las enfermedades de las aves de caza, el Libro de la caza de las aves, de Pedro López de Ayala...
  • Crónicas. La Estoria de España —o Primera Crónica General— alfonsí ejerció una influencia considerable en los años posteriores a su composición generando otros géneros narrativos, como las semblanzas en el siglo XV (Crónica del rey don Pedro, del Canciller Ayala).
  • Libros de viajes. Fazienda de Ultramar, el Libro del conoscimiento de todos los reinos e tierras e señoríos que son por el mundo...


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Escribe tras cada título, si se trata de un cuento, crónica, libro de viaje, tratado de cetrería u obra didáctico-doctrinal:
Fazienda de Ultramar: .

Libro de la caza de las aves: .

Vergel de la consolaçión: .

Libro de la vida de Barlaam y del rey Josafat de la India: .

Estoria de España: .

  

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