4. Ejercicio resuelto
El romero engañado por el enemigo malo
[...]
Crediólo el astroso, locco e desessado, |
Propusieron sus vozes ante la Glorïosa; |
Enxiemplo del ladrón que fiso carta al
En tierra sin justiçia eran muchos ladrones, |
Apartó al alcalde el ladrón segund lo avía usado, |
Lo que sucedió a un hombre que se hizo amigo y vasallo del diablo
[...]
-Señor conde -dijo Patronio-, había un hombre que, después de haber sido muy rico, se volvió tan pobre que no tenía con qué alimentarse. [...] Cuando un día iba caminando a solas por el monte, muy triste y desesperado, se encontró con el diablo.
»Como el demonio conoce todas las cosas pasadas, aunque sabía la desgracia de aquel hombre, le preguntó por qué estaba tan triste y pesaroso. El hombre le contestó que no debía decírselo, pues no podría él acabar con sus males.
»Mas el diablo le dijo que, si estaba dispuesto a obedecerlo, él pondría fin a sus desdichas y, para que viese que podía hacerlo, le diría en seguida en qué iba pensando y por qué estaba tan triste. Entonces le contó toda su historia y los motivos de su tristeza, diciéndole, además, que, si hacía cuanto le ordenase, lo sacaría de la miseria y lo haría el más rico de todos los hombres, porque, como era el demonio, tenía poder para hacerlo.
»Al oírle decir que era el diablo, el hombre tuvo mucho miedo, pero, por la pena que traía y la miseria en que estaba, le contestó que, si lo hacía rico, le obedecería en todo. [...]
»Firmaron entonces un pacto y el hombre se hizo vasallo del demonio. Después de esto, el diablo le dijo al hombre que, de allí en adelante, podía robar lo que quisiese, pues nunca encontraría cerrada una casa o una puerta que, por muy bien cerradas que estuvieran, él no se las abriera, y que, si por casualidad se viese en un apuro o encarcelado, le bastaría con decir: «Socorredme, don Martín», para que él viniera en su ayuda y recuperara la libertad.
»Después de todo lo cual, se separaron.
»Una noche muy oscura, pues los que son amigos del delito actúan siempre en la oscuridad, aquel hombre se dirigió a casa de un comerciante. Cuando llegó a la puerta, el diablo se la abrió, así como el arca, con lo que consiguió un buen botín. [...]
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»Al verse prendido, llamó a don Martín, para que le ayudase. Don Martín llegó en seguida y lo sacó de la prisión. Viendo el hombre que el diablo cumplía su palabra, comenzó a robar como al principio, haciendo muchos más robos, hasta el extremo de que llegó a ser muy rico. [...]
»De nuevo volvió a robar y otra vez fue encarcelado. Llamó a don Martín, que no vino hasta que ya lo habían condenado a la horca. Cuando el hombre subía al cadalso, apareció don Martín y el hombre le dijo:
»-¡Ay, don Martín! ¡Que esto no es una broma, pues he pasado mucho miedo!
»Le contestó don Martín que él traía consigo 500 maravedíes en una bolsa, que se los diera al juez [...] Cuando aplazaron su ejecución, el juez se fue a un lugar retirado y abrió la limosnera, donde esperaba encontrar los 500 maravedíes; pero sólo encontró una soga, y no el dinero. Apenas vio esto, lo mandó ahorcar.»Cuando ya iban a colgarlo, vino don Martín y el hombre le pidió que le ayudase; pero don Martín le contestó que siempre socorría a sus amigos hasta verlos en aquel lugar.
»Así perdió su vida y su alma aquel desdichado, por confiar en el demonio y obedecerlo. [...]