1. Goethe y su época.


 

Der Junge Goethe, gemalt von A. Kauffmann, 1787
Fuente: Wikimedia

Johann Wolfgang von Goethe nació el 28 de agosto de 1749 en Frankfurt y murió en Weimar el 22 de marzo de 1832.

Perteneció a una familia burguesa y cursó estudios de Derecho en Leizpig y Estrasburgo. En esta última ciudad, entró en contacto con los jóvenes que formaban el círculo literario llamado Sturm und Drang ('Tempestad y Empuje'), nombre tomado del título de una obra teatral de Friedrich Maximiliam Klinger, y primer germen del movimiento Romántico que se avecinaba. Allí conoció a Herder, quien le ayudó a descubrir el encanto de la poesía popular alemana y el mundo de Shakespeare, alejándolo definitivamente de la Ilustración y su culto a la razón. Bajo esta influencia, escribió sus Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y sentimental.

En 1722 trabajó en un despacho de abogados en Wetzlar, sede del Tribunal Imperial. En esta época tuvo lugar un acontecimiento crucial en su vida, pues se enamoró perdidamente de Charlotte Buff, prometida de un colega suyo. A finales de ese mismo año, llegó a sus oídos la historia de un hombre que puso fin a su vida por un amor imposible. Sabemos que Goethe solicitó un informe detallado del caso, por lo que podemos imaginar que este suceso forma parte de la génesis de su obra “Los sufrimientos del joven Werther”.

En 1775 se trasladó a Weimar, donde trabajó en la corte de Carlos Augusto, llegando a ostentar cargos de alta responsabilidad, al tiempo que se interesaba por la investigación científica. Ello le permitió relacionarse con personajes de la talla de Napoleón Bonaparte, Ludwing van Beethoven, Friedrich von Schiller y Arthur Shopenhauer.

Gracias a Goethe, Weimar se convirtió en el centro cultural de Alemania. Allí compuso obras poéticas inspiradas por Charlotte, y sus grandes dramas "Ifigenia en Táuride", "Egmont" y "Fausto".

En 1786 abandonó la corte de Weimar para viajar a Italia. Sus experiencias en Venecia y en Roma provocaron un arrinconamiento de la atormentada estética romántica y un regreso al equilibrio clásico grecolatino. “Ahora comprendo el sentido del mármol”, escribió en una de sus "Elegías romanas".

Según Lukács, las obras del joven Goethe representan una culminación revolucionaria del movimiento ilustrado europeo de la preparación ideológica de la Revolución Francesa. Sin embargo, cuando esta Revolución tuvo lugar, la reacción de Goethe no fue ni mucho menos entusiasta. Influido por su vuelta al clasicismo y por la filosofía de Kant, vivió el desarrollo de la Revolución y los cambios originados violentamente como una atrocidad. “Prefiero la injusticia al desorden”, llegó a escribir.

Su obra más ambiciosa y reconocida, Fausto, se convierte en una gran alegoría de la humanidad, en la que se refleja ese paso de su exaltado Romanticismo juvenil hasta el personal clasicismo de su última etapa.
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En este enlace tienes una breve reseña biográfica sobre Goethe.

 

En wikipedia puedes ampliar información sobre su vida y su obra.