2. Subordinadas adverbiales causales
|
Imagen 3. Autor: Heart Industry. Licencia Creative Commons |
Sara propone la lectura del siguiente cuento de Augusto Monterroso. En él, su protagonista, cuya única finalidad en la vida es convertirse en un gran escritor, logra, finalmente, redactar estas líneas, caracterizadas por la falta de cohesión y coherencia. Se trata, en definitiva, de una reflexión sobre este duro oficio.
"Había una vez un perro muy bonito que vivía en una casa. Era de raza fina y, como tal, bastante chiquito. Su dueño era un señor muy rico con un hermoso anillo en el dedo meñique que tenía una casa de campo, pero un día le dio la gana de ir a respirar unos días en el campo para respirar aire puro, pues se sentía enfermo, pues trabajaba mucho en sus negocios, que eran de telas, por lo que podía comprar buenos anillos y también ir al campo, entonces pensó que tenía que llevar al perrito pues estaba muy acostumbrado a ser cuidado con cuidado. Cuando llegó al campo, siempre con su mejor amigo, que era el perrito, pues era viudo, las flores estaban muy bonitas, pues era primavera, y en ese tiempo las flores están muy bonitas, pues es su tiempo."
No olvides, sin embargo, tener en cuenta el sentido de la oración. Fíjate en estos ejemplos:
- Ponte la bufanda, que hoy hace mucho frío. / Ponte la bufanda porque hoy hace mucho frío.
- Como no dijiste lo contrario, pensaba que estabas de acuerdo. / Pensaba que estabas de acuerdo porque no dijiste lo contrario.
- No vemos nada de lo oscuro que está. / No vemos nada porque está muy
oscuro.
a) Ven esta tarde a casa, que vamos a celebrar mi cumpleaños.
| |
b) He acabado de realizar el ejercicio como tú me habías explicado.
| |
c) Como no has venido, pensé que no querías verme.
| |
d) No me aprietes tanto, que me haces daño.
| |
e) No ha encontrado el libro porque no lo ha buscado.
| |