4. Ejercicios resueltos
Criterios generales de calificación
Se tendrán en cuenta aspectos elementales del buen uso del idioma, pues se trata de comprobar, mediante el examen, el dominio y el empleo que el alumno tiene de la lengua y que se plasma en lo siguiente:
- El alumno utilizará en cada texto que escriba una redacción coherente, es decir, sin anacolutos, sin faltas de concordancia entre los elementos de la oración, sin omisión de las preposiciones necesarias (caso relativamente frecuente ante el relativo que), sin queísmos ni dequeísmos, sin recurrir obsesivamente a un mismo tipo de construcción sintáctica. Cada error supone un punto menos en la calificación. Si los errores son sistemáticos, el alumno no podrá aprobar.
- Puntuación correcta, en la que no serán admisibles ni la carencia absoluta de puntos y comas a lo largo de las líneas y líneas de escritura, ni la separación, mediante "coma", del sujeto y verbo seguidos. Incurrir en estos errores supone no aprobar el examen.
- La escasez de léxico que se advierta en el escrito podrá suponer la reducción de la nota.
- La carencia sistemática de tildes supone no aprobar el examen.
- Las faltas de ortografía, nunca lapsus fácilmente detectables y comprensibles, supondrán, asimismo, rebajar la calificación final.
- Por el contrario, el examinador, a la vista de un examen en el que se advierta un buen uso del idioma (corrección idiomática, riqueza léxica y sintáctica...) podrá subir la nota.
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Imagen 1. Autora: Uxía Pin. Licencia Creative Commons by-nc-sa 2.5-es |
"A mi amigo Tello Ercina le oí decir que cuando un escritor siente la necesidad de escribir de su infancia está irremediablemente perdido. Ya no me queda más remedio que aceptar mi perdición, porque en los últimos meses sentí esa necesidad, y hay un libro que me delata. Ahora no voy a justificarla, pero me digo a mí mismo que de perdidos al río, y recuerdo aquella otra frase, mucho más estimulante que la de Tello, que aconseja el pecado como único remedio para librarse de la tentación. La verdad es que lo que menos me gusta literariamente es hablar de mí mismo, y admiro y aborrezco en parecida proporción a quienes son capaces de hacerse ombligo de sus escritos, y estoy en absoluto desacuerdo con esa teoría de que toda literatura es autobiográfica. El reto de la ficción es el mejor para conquistar tierras ajenas, horizontes desconocidos, para recorrer aventuras en esos otros pliegues de la realidad que se escinden entre la oscuridad y el misterio, aunque de aventuras se trate. Las vicisitudes de mi más o menos dorada rutina no incitan ni excitan la imaginación, la vida de cada día colma el destino de la jornada y alimenta, y no es poco, la experiencia y la memoria: evaluarla para contarla me parece el colmo de la usura.
Pero la infancia tira de uno por varias razones, y en mi caso tira tanto que decidí caer en la tentación, y, como buen pecador, no me arrepiento: los pecadores cabales siempre aceptan gozosos la condena, el infierno es el mejor sitio para pasar el invierno y en el cielo solo veranean los pobres de espíritu. Esa condición, tantas veces citada, de la infancia como patria perdida del hombre, la tengo muy asumida. Lo que más irremediablemente perdemos es lógicamente lo que el tiempo nos quita, y el tiempo solo hace que desvalijarnos sin piedad: la dichosa patria se pierde como la inocencia, como la beatitud de ese tiempo primigenio en el que todavía no tenemos consciencia de lo que somos ni expectativa de lo que nos aguarda. Confesar que acabo de escribir un libro sobre mi infancia con el más o menos vano intento de recuperarla, de regresar a su ya imposible territorio, no sería mentir, pero tampoco decir la verdad: la escritura desde la imaginación y la memoria hace posible un viaje imposible, derrota al tiempo hasta donde buenamente se puede. Hay un lugar perdido que te reclama, y la escritura es la única manera de atender esa requisitoria y volver a mirarlo y sentirlo, una de las muchas cosas razonablemente buenas que ofrece este oficio o esta manía de emborronar cuartillas."
Luis Mateo Díez, El lugar de la infancia
A mi amigo Tello Ercina le oí decir que cuando un escritor siente la necesidad de escribir de su infancia está irremediablemente perdido.
- De perdidos al río.
- Escinden.
- Rutina.
- Colmar.
Melasma: enfoque terapéutico
"El melasma es un aumento de pigmentación de la piel, más o menos en placas, debida a una hipermelanosis adquirida, generalmente simétrica. La etiología del melasma está relacionada con factores raciales y genéticos (es más frecuente en asiáticos y en hispanos), con la exposición solar, ingesta de fármacos fotosensibilizantes y con factores hormonales como el embarazo, la ingesta de anovulatorios o la hiperprolactinemia.
El melasma causado por contraceptivos orales suele ser más resistente que el causado por embarazo. Las lesiones pueden aparecer a los 1-7 años de haber empezado el tratamiento de la contracepción y la extensión de las lesiones no se relaciona con el tiempo de ingesta de anovulatorios.
Con la aparición de los sistemas fotolumínicos para el tratamiento de las lesiones pigmentarias pareció hallarse un camino definitivo para su resolución, solos o en combinación con los métodos clásicos de despigmentación como los peelings.
Sin embargo la experiencia ha demostrado que estos nuevos y sofisticados sistemas, tan útiles en otro tipo de lesiones pigmentarias, han fracasado manifiestamente en el tratamiento del melasma. Para acercarnos a una vía terapéutica eficaz debemos conocer el complejo camino de la síntesis de la melanina, para desde ahí, organizar una ruta de tratamiento eficaz. En las zonas delicadas, por difícil acceso o por requerimiento estético especial, hemos de poner especial cuidado en la forma de la aplicación del tratamiento."
Dra. Josefina Royo y Dra. Paloma Cornejo, Instituto Médico Láser