4. Normalización lingüística
Lee el siguiente diálogo:
—¡Ay, marío! Estás acabando con mi pacencia.
—Yo solo he dicho que vinon todos a casa y que yo no me andé con chiquitas pa echarlos.
Los personajes que intervienen en él usan el castellano. No obstante, lo hacen cometiendo incorrecciones lingüísticas que denominamos vulgarismos: pacencia (paciencia), vinon (vinieron), andé (anduve), pa (para).
Es cierto que, pese a ellos, entendemos el mensaje. Sin embargo, somos también conscientes de que su uso es incorrecto. La norma debe contribuir, pues, a consolidar la unidad del idioma, especificando los usos correctos del mismo. Piensa que una lengua no solo debe posibilitar la comunicación entre sus hablantes sino que, además, debe ser el vehículo de expresión de su propia cultura y su primera seña de identidad.
b) ¿Cómo se difunde la norma?Además de su aprendizaje en la escuela, del que ya hemos hablado, cada país posee su propia Academia; en nuestro caso, la RAE (Real Academia Española), creada en el siglo XVIII con la finalidad de garantizar la unidad del idioma español.
La RAE se fundó en el siglo XVIII (1713) con el objetivo de proteger el castellano. Fue acogida por el rey Felipe V bajo su "amparo y protección". Su lema es "limpia, fija y da esplendor".
Pincha en este enlace en el que comprobarás la eficacia de la Norma Lingüística como elemento que da unidad al idioma.