1. El crecimiento interno
Imagen 2. Elaboración propia |
La empresa dispone de diversas estrategias para alcanzar su objetivo de crecimiento interno, que podemos resumir en especialización o diversificación:
1. Estrategia de especialización: la empresa aumenta su actividad en la misma línea de productos, lo cual implica una cierta continuidad con la situación de partida.
La especialización puede seguir varias vías:
- Penetración en el mercado: la empresa busca aumentar las ventas de su producto en el mercado actual. Se busca aumentar ventas llegando a más clientes o aumentando el gasto de los clientes actuales mediante mejoras de calidad, aumentando la inversión en publicidad y promoción, reduciendo precios... Por ejemplo, las empresas de telecomunicaciones intentan continuamente captar nuevos clientes a través de ofertas, regalos, servicios de internet, etcétera.
- Desarrollo de productos: la empresa busca necesidades o gustos no satisfechos adecuadamente, llamados nichos de mercado, y crea para ellos nuevos productos, generalmente mediante adaptaciones más o menos sustanciales de otros ya existentes. El típico ejemplo es el de las empresas que llevan a cabo adaptaciones de sus productos para diferentes tipos de consumidores (cereales para niños, para adultos, para mujeres que quieren mantener la línea...)
- Desarrollo de mercados: introduciendo sus productos actuales en nuevos mercados geográficos. Esto puede precisar ciertas adaptaciones del producto (precio, características, publicidad, canal de distribución...) al nuevo mercado. Por ejemplo, empresas españolas dedicadas a los embutidos intentan su introducción en mercados asiáticos.
Imagen 3. Elaboración propia |
2. Estrategia de diversificación: supone una cierta ruptura con la trayectoria de la empresa, que busca ahora nuevos mercados y productos.
La diversificación busca sobre todo disminuir el riesgo a largo plazo de la empresa en su conjunto y permite colocar excedentes financieros con expectativas de mayor rentabilidad.
La diversificación puede ser:
- Diversificación horizontal o relacionada: consiste en ampliar la oferta con nuevos productos para atraer a nuevos clientes. Ejemplo: empresas de alta costura que se introducen en el mercado de complementos (relojes, bolsos, gafas, bisutería), joyería y perfumería; industrias lácteas que ofrecen zumos, batidos, cereales, etc.
- Diversificación o integración vertical: la empresa asume el proceso completo de fabricación y distribución de los productos, desde el aprovisionamiento de materias primas hasta el servicio post-venta. La eliminación de intermediarios permite reducir costes y riesgos, lo que refuerza su posición estratégica. Puede ser hacia atrás, entrando en el mercado de sus proveedores; o hacia adelante, entrando en el mercado de sus clientes (siempre que estos no sean clientes finales).
- Diversificación heterogénea, no relacionada o conglomerada: la empresa se convierte en un conglomerado donde los productos y los mercados son distintos y apenas están relacionados tecnológicamente, ni durante los acto de compra o consumo. Es la estrategia más arriesgada, ya que la empresa entra en entornos competitivos nuevos. Ejemplo: Mitsubishi fabrica desde aparatos de aire acondicionado hasta coches.
A continuación te presentamos un breve texto con un ejemplo de crecimiento interno y diversificación: El Corte Inglés.