3.1.1. Agricultura ecológica
También llamada agricultura biológica, orgánica… Consiste en el uso de técnicas de cultivo mínimamente agresivas, para respetar en lo posible el ciclo de la materia y conservar el suelo, las plantas y su entorno.
En los años 40 del siglo pasado en Suiza e Inglaterra se empieza a promover el uso de técnicas de cultivo respetuosas limitando el laboreo, y usando abonos orgánicos. En los años 70, en Japón se publica La revolución de una brizna de paja, basada en la filosofía de la «no-acción»: no labrar, no desherbar, no abonar.
De modo paralelo se desarrolla la ganadería ecológica, muy demandada por las asociaciones ecologistas preocupadas por el maltrato que sufren muchos animales de explotación intensiva.
Principios de la agricultura ecológica:
- Practica la rotación de cultivos para cuidar el estado del suelo.
- Mecanización mínima en el laboreo, utilizando herramientas de uso manual.
- Minimizar el uso de agua, escogiendo cultivos resistentes y con regadío por goteo.
- Los aportes de fertilizantes y pesticidas sintéticos están muy restringidos y se procura el uso de sustancias orgánicas, humus y estiércol.
- La lucha contra las plagas se procura que sea biológica, usando a sus depredadores naturales, o con productos naturales.
- Utilización de semillas locales, con variedades adaptadas a la zona, y normalmente recolectadas de cosechas anteriores. Nunca se usan organismos modificados genéticamente.
- Aprovecha los residuos reciclándolos como recursos: abonos, biomasa..
La expansión de estos métodos podría permitir un desarrollo sostenible, ya que aportan varias ventajas:
- Protección al medio ambiente.
- Confianza del consumidor, al tratarse de productos con garantías en cuanto a su origen natural.
- Es el único modo de proporcionar oportunidad de desarrollo económico en sociedades más pobres, que no pueden competir con las internacionales.
En la actualidad la Unión europea ofrece programas de difusión y subvenciones encaminadas a promocionar estas técnicas.