Ejercicios resueltos
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Dibujo de Pete Welsch tomado de Wikipedia bajo licencia Creative Commons
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"Se preguntó entonces si las demás personas que se habían quedado experimentaban el vacío de la misma manera. O bien esto podía deberse a su peculiar identidad biológica, una degeneración determinada por su inepto aparato sensorial. Vivía solo en ese ruinoso edificio de mil apartamentos deshabitados que, como todos los demás, se derrumbaba de día en día en un deterioro entrópico creciente. Finalmente, todo lo que había en su interior se fundiría, sería idéntico e irreconocible, mero desecho amorfo, kippel apilado hasta el cielo raso de cada apartamento. Y después el edificio mismo perdería su forma y quedaría sepultado bajo el polvo ubicuo. En ese momento él, naturalmente, estaría muerto. Este era otro hecho que resultaba interesante prever mientras permanecía en esa lamentable habitación, a solas con el silencio mundial que imperaba omnipresente y sin pulmones."
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Eduard Punset por O. Espiritusanto en Flickr. Fotografía Creative Commons |
EP: En un artículo reciente, dices, y cito literalmente: “Doy por supuesto que los recuerdos que tuve, especialmente los que fueron vividos, concretos y circunstanciales, eran esencialmente válidos y fiables. Y para mí fue traumático descubrir que algunos no lo eran.” ¿Tiene esto alguna relación con la evolución de la idea que tenemos del cerebro?
OS: En mi autobiografía, describí dos recuerdos, recuerdos muy vivos, de bombas que explotaron en Londres cuando yo tenía seis años. Uno de estos recuerdos, se lo describí a un hermano mayor cuando el libro ya había sido publicado, y él me dijo: Sí, es exactamente como yo lo recuerdo. Del otro recuerdo, de bombas en nuestro jardín trasero dijo: Tú nunca lo viste. Y yo dije ¿Qué quiere decir que nunca lo vi?. Y él dijo: En aquel momento estábamos fuera. Pero ahora mismo puedo ver las bombas caer, a mi hermano que trae cubos de agua y las bombas que lanzaban metal caliente. ¿Cómo puede ser que lo vea? Y él me dijo: Porque nuestro hermano mayor nos escribió una carta, una carta con una descripción muy viva. Y dijo que yo había quedado muy fascinado por su descripción. O sea que es obvio que en mi mente, de forma consciente, construí la escena a partir de su descripción, y luego me la apropié y la consideré erróneamente un recuerdo propio. Ahora esto lo sé, intelectualmente soy consciente de ello, pero aun así no puedo distinguir el recuerdo verdadero del falso, llamémosle así, en cuanto a su carácter: el uno parece igual que el otro. Y creo que esto demuestra tanto la fuerza como la debilidad de la memoria y de la imaginación humanas: hacemos cosas sin saber a menudo de qué fuentes proceden: ¿lo he experimentado, lo he oído, lo he leído?Todo lo que se sabe es que nos parece real y una parte de nosotros mismos.
Según esto ¿nuestros recuerdos son falsos?
La ciencia y la religión son definitivamente incompatibles. | |
La ciencia y la religión tienen ámbitos de conocimientos diferentes. | |
Los científicos han tenido vidas sencillas, poniendo todo su entusiasmo al servicio de la ciencia. | |
Entre los científicos hay y habrá de todo: desde esforzados trabajadores hasta mentirosos oportunistas. | |
Verdadero Falso
Verdadero Falso