1. Ciencia y religión
Creo que hoy voy a explorar un tema complicado; de estos que generan polémica.
¡A un periodista no hay cosa que le guste más!
Max Planck; fotografía bajo licencia CC
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Decía el físico Max Planck: “Para las personas creyentes Dios está al principio; para los científicos, al final de todas las reflexiones”.
La relación entre ciencia y religión no ha sido siempre sencilla. El viejo debate sobre las relaciones entre ciencia y religión, lejos de extinguirse por ausencia de novedades, ha cobrado vigor en los últimos años, sobre todo en el ámbito anglosajón. En Estados Unidos, los ataques a la enseñanza de la teoría de la evolución por parte de activistas religiosos se están recrudeciendo.
Muchos problemas han venido por tomar como verdad literal lo que afirma la Biblia u otros libros sagrados. En concreto, la cita donde, en medio de una batalla, Josué oró a Dios para que el Sol se detuviera hasta que Israel venciera a sus enemigos. Dios le otorgó su petición y así, aparece: “Y el Sol se paró en medio del cielo, …”.
Esta pudo ser una de las causas del proceso al científico más importante del renacimiento, Galileo Galilei.
Pediré ayuda a Pepe para que me cuente algo sobre este proceso.
El Concilio Vaticano II deploró expresamente el proceso a Galileo. De la misma manera, el Papa Juan Pablo II, haciendo ver los equívocos de aquel proceso, afirma que las enseñanzas de Galileo muestran una notable armonía entre la ciencia y la fe.
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¿En qué consistió ese proceso?
Hacia 1610, Galileo creía en el sistema heliocéntrico propuesto por Copérnico, según el cual —y contra la opinión entonces vigente— la Tierra gira alrededor del Sol, y éste ocupa el centro del mundo. Algunos veían incompatible esa teoría con pasajes de la Biblia donde se habla de la quietud de la Tierra y el movimiento del Sol.
Pintura de Robert Fleury, de uso libre |
Verdadero Falso
Verdadero Falso
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Fotografía de Thyes dominio público |
¿Sabías que existen coincidencias muy curiosas entre algunos planteamientos budistas y científicos?
Si quieres conocer algunos, clica aquí.
Fotografía de Lara Shirvinski, de uso li
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Stephen Jay Gould, en la imagen de la derecha, fue uno de los científicos más populares de la segunda mitad de siglo veinte. Es una personalidad que no deja indiferente. De religión judía, fue profesor de la Universidad de Harvard
Gould sostiene que ciencia y religión son dos enseñanzas que no se superponen. Pero, al mismo tiempo, desarrolla un visión de la evolución en la que queda poco lugar para el espíritu y para Dios: presenta la evolución como prueba de que no existe una finalidad, como si el ser humano fuera puro resultado casual de los procesos materiales.
Para Gould no existe oposición entre la existencia del azar desde nuestro punto de vista y la existencia de un plan divino.
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Fotografía de la NASA, de uso libre
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Stephen Hawking, a la izquierda, mezcla en su estudio el origen del Universo desde una perspectiva puramente científica con el problema filosófico y teológico de la acción divina en el mundo.
Hawking no niega la existencia de Dios, y admite que Dios puede actuar de modos que nos resultan inaccesibles científicamente.
Georges Lemaître, científico y sacerdote católico, sostiene que los planteamientos científicos y religiosos son tan diferentes y se encuentran tan distantes que no pueden influir uno en otro.