1. Autores

Autores: Antonio y Emilio Fernández. Dominio público
Uno de esos días estuve tomando un café con Águeda, una de las alumnas de la misma escuela de letras a la que asisto. Estuvimos recordando nuestros tiempos de estudiantes. Aunque he de decir que ella abandonó sus estudios antes que yo (ya se sabe cuál era entonces la consideración de la mujer en algunos aspectos), hablamos de nuestras lecturas y nuestros autores preferidos, del tiempo en el compartíamos los libros y las notas a pie de página.
Hablamos igual que hablan dos adolescentes de sí mismos convertidos en personajes de novelas. Yo era Don Fermín de Pas o Torquemada; ella, Ana Ozores o Pepita Jiménez. Reímos. Y el tiempo transcurría más lentamente.
Pienso que este es el principio de una bonita amistad.
Icono IDevice Actividad de Lectura
"Tiene cada época sus luchas literarias, que a veces son batallas en toda la línea —como la empeñada entre clasicismo y romanticismo— y otras se concretan a un terreno parcial. O mucho me equivoco o este terreno es hoy la novela y el drama, y en el extranjero, la novela sobre todo. Reina en la poesía lírica, por ejemplo, libertad tal, que raya en anarquía, sin que nadie de ello se espante, mientras la escuela de noveladores franceses que enarbolan la bandera realista o naturalista es asunto de encarnizada discusión y suscita tan agrias censuras como acaloradas defensas. Sus productos recorren el globo, mal traducidos, peor arreglados, pero con segura venta y número de ediciones incalculable. Es de buen gusto horrorizarse de tales engendros, y certísimo que el que más se horroriza no será por ventura el que menos los lea. Para el experto en cuestiones de letras, todo ello indica algo original y característico, fase nueva de un género literario, un signo de vitalidad, y por tal concepto, más reclama detenido examen que sempiterno desprecio o ciego encomio.

De la pugna surgió ya algún principio fecundo, y tengo por importante entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio. Dedúcese de aquí una consecuencia que a muchos sorprenderá: a saber, que no son menos necesarias al novelista que las galas de la fantasía, la observación y el análisis. Porque en efecto, si reducimos la novela a fruto de lozana inventiva, pararemos en proponer como ideal del género las Sergas de Esplandián o las Mil y una noches. En el día —no es lícito dudarlo— la novela es traslado de la vida, y lo único que el autor pone en ella, es su modo peculiar de ver las cosas reales: bien como dos personas, refiriendo un mismo suceso cierto, lo hacen con distintas palabras y estilo. Merced a este reconocimiento de los fueros de la verdad, el realismo puede entrar, alta la frente, en el campo de la literatura.




Icono IDevice Objetivos
De forma general, la nómina de autores del Realismo y del Naturalismo es muy extensa. Además, continúa produciéndose poesía y teatro. Aquí nos centraremos en los autores que aportaron más originalidad.
Visita estos dos enlaces para ver: