4. Ejercicios resueltos

Icono de iDevice Caso de estudio
Dos ideas son esenciales para comprender el arte literario del siglo XVI en España:
  • La obra literaria no surge de la nada, sino que responde a una tradición interna o importada de algún otro marco cultural. En nuestro caso, es Italia el foco de proyección para el resto de Europa, por lo menos para la Europa mediterránea. Por ello, no esperemos encontrar ruptura con las etapas precedentes, más bien evolución.
  • Las condiciones históricas que rodean el castellano y su literatura suponen el apogeo de nuestra cultura durante este siglo y el siguiente. Y, curiosamente, esta eclosión no sirve tanto para el exterior, que también, pues las obras en castellano encuentran un lugar notable entre las literaturas europeas, sino para el consumo interno. Esto es: nuestra literatura genera más literatura en el mundo hispano. Es el Siglo de Oro. Siglo como sinónimo de edad, época o periodo, no de periodo de cien años, pues realmente —aunque la cronología ofrece polémica— abarca el Renacimiento y el Barroco.
Imagen de Tiziano bajo Dominio público
 
Estas dos razones sirven para justificar buena parte de la producción poética y narrativa del Renacimiento español. Las obras que nos encontramos son el fruto de influencias internas y externas, y servirán, a su vez, ya convertidas en creación propia, para influir a otros escritores de la época. Caso más evidente de todo es el Quijote, que se verá en los siguientes temas.
Pero también podemos encontrar ejemplos de esto en la poesía. Este soneto de Garcilaso de la Vega nos va a servir para comprender mejor esto que te cuento y repasar, a la vez, el tema. Léelo con tranquilidad y comprendiéndolo, que es como aconsejo a los jóvenes (con cara de enamoradizos) que se acercan a mi mesa pidiendo algún libro de poesías que hablen de amor.

Soneto I

Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estó olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si ella quisiere, y aun sabrá querello;

que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?


¿Qué te ha parecido? ¿Has comprendido su argumento y tema? ¿Te has dado cuenta de algunos recursos que utiliza para impresionarnos? Si has leído atentamente sus versos podrás interpretarlo y, estoy seguro, te habrá gustado; pues aun escrito hace más de cuatro siglos parece dicho hoy. ¿No crees?

En la tarea de comprender un texto clásico como este, un ejercicio que puede ayudarnos es el parafraseo y la reescritura del mismo. Para ello debemos atender bien al sentido global del texto y las relaciones formales que se establecen entre sus términos.

Como te comentaba arriba, la composición de Garcilaso no es una nota aislada en el Renacimiento, sino que responde a una tradición literaria, a veces tan evidente, que se puede fácilmente seguir las pistas. Averigüemos el origen y las repercusiones de este "Soneto I" de Garcilaso, investigando un poco en manuales de literatura, enciclopedias o a través de Internet.

La cantidad de versiones sobre el poema de Garcilaso nos habla de las múltiples lecturas que puede hacerse del poema. Por eso decíamos que no era tan fácil entenderlo e interpretarlo.