Se define como residuo cualquier material resultado de un proceso de fabricación, transformación, utilización, consumo o limpieza, cuando su poseedor o productor lo destina al abandono.

Los residuos generados pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos, aunque en este tema nos centraremos principalmente en los primeros. En otras unidades hemos tratado ya el caso de residuos líquidos (aguas residuales) y gaseosos (contaminación atmosférica).

Dentro de los residuos, cabe destacar por su peligrosidad los residuos tóxicos y radiactivos.

Residuos tóxicos

Los residuos tóxicos y peligrosos son todos aquellos residuos que por contener determinadas cantidades de ciertas sustancias o materiales, pueden suponer un riesgo para la salud humana, los recursos naturales y el medio ambiente. Algunos de los productos que contienen sustancias tóxicas son:

• Productos de limpieza: aerosoles, limpiadores con amoniaco, lejías, abrillantadores, limpiahornos, quitamanchas, quitaesmaltes.

• Productos derivados del automóvil como anticongelantes, aceites o baterías.

• Otros productos como medicamentos, pinturas, disolventes, insecticidas, fertilizantes, productos de fotografía…

Estos productos pueden ser tratados (mediante procesos físicos o químicos) obteniéndose productos menos nocivos. Como residuo puede quedar una fracción aún peligrosa que es necesario aislar en vertederos especiales, donde se controlan y se aíslan para evitar que puedan contaminar el medio.

Imágenes bajo licencia Creative Commons, (1) basurero incontrolado de productos tóxicos, autor:Sao Paulo, (2) Peligroso vertido de sustancias tóxicas,autor:AmbientaBrasil; (3) Un bidón peligroso abandonado en una escombrera,autor:Sara Gutiérrez

Residuos radiactivos

Son todos aquellos materiales (sólidos, líquidos o gaseosos) que contienen isótopos radiactivos en unas proporciones tales que se considere que pueden ser perjudiciales.

Las fuentes de residuos radiactivos son las centrales nucleares, la industria, los hospitales (equipos de medicina nuclear) y la investigación.

Según su peligrosidad estos residuos pueden clasificarse en:

• Residuos de alta actividad. Presentan una elevada actividad y emiten radiaciones peligrosas. Es el caso del combustible gastado en las centrales nucleares y en el armamento nuclear.

• Residuos de baja y media actividad: corresponden a materiales que emiten radiación menos peligrosa. Por ejemplo, material de mantenimiento de las centrales nucleares, residuos derivados del desmantelamiento de instalaciones nucleares…