Como consecuencia de la pobreza y el hambre aparecen la desnutrición de la población y las enfermedades que, junto con el aumento de la contaminación de la tierra, el aire y el agua, hacen que la salud de las personas se vea gravemente afectada.

Un tercio de la población no tiene acceso a las medicinas que precisa. La donación de medicamentos no parece que sea la solución, teniendo en cuenta que algunas veces la calidad de estos no es la adecuada. Las empresas farmacéuticas tienen mucho poder y en ocasiones medicamentos esenciales salen al mercado con precios muy elevados, siendo así inaccesibles para muchos enfermos.

Como ejemplo, la OMS afirma que el 74% de los medicamentos usados contra el SIDA están controlados por monopolios, lo que hace que el 77% de la población africana no tenga acceso a ellos. Algunos gobiernos, como el de India, han potenciado los medicamentos genéricos más baratos y por tanto más accesibles.

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