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María sigue buscando ejemplares para su biblioteca. Percibe que está necesitando algo divertido, de tono vitalista. Alguien le aconseja leer a Boccaccio y acaba considerando que El Decamerón encierra un modo de narrar y un tipo de argumentos muy característicos de la literatura europea del siglo XIV que pueden ser leídos en la actualidad con total fascinación, por sus temas universales: el amor, el erotismo, el comportamiento humano, la fortuna...

Por otro lado, a través de su lectura se dará cuenta de que se trata de una obra precursora, que abre vías de expresión y estilos ya propios del Renacimiento. María siempre ha sentido admiración por las obras y autores adelantados a su tiempo.