Para poder definir cuantitativamente cualquier forma, figura o pieza no basta con indicar la escala a sus vistas normalizadas realizadas mediante la representación de sus dimensiones lineales y angulares, ya que la información no sería completa, pues sería preciso emplear la regla milimetrada y el transportador de ángulos, y aplicar el factor de escala inverso, pero todo esto además de ser un proceso tedioso, provoca múltiples problemas:

• Errores de cálculo e imprecisiones.
• Detalles del dibujo que no se aprecian debido a la escala.
• El ancho de las líneas, la alteración del papel, y la reprografía (fotocopias) producen imprecisión y deformación

Para evitar lo anterior se han ideado una serie de normas mediante las cuales especificamos las medidas reales (lineales y angulares) y los detalles que complementan a un objeto, forma, figura o pieza, de tal manera que posibilite su interpretación, ya sea para entender su funcionamiento, o para su posterior fabricación.
En la imagen superior tienes un ejemplo de la utilidad de la acotación, las dos superficies quedan perfectamente definidas mediante una sola vista normalizada (alzado) gracias a la inclusión de unos símbolos normalizados, que estudiaremos más adelante.